jueves

[...]Bien veamos, después de concluir que tengo depresión me va a dar medicamentos, ¿cierto?. Sé que cientos de personas los toman y están bien. En serio. Saldré de aquí y volveré al trabajo con mis nuevos antidepresivos. Cenare con mis padres y los convenceré de que volví a ser una persona normal que no causa problemas. Y un día un tipo me propondrá matrimonio, será amable y mis padres estarán muy contentos. El primer año, haremos el amor todo el tiempo... En el segundo y en el tercero cada vez menos y cuando nos cansemos el uno del otro, saldré embarazada. Tener hijos, mantener un empleo, y pagar la hipoteca mantendrá nuestra estabilidad por un tiempo y luego de unos 10 años tendrá una aventura por que estaré muy ocupada; muy cansada y lo voy a descubrir. Tratare de matarlo, a su amante y a mí misma. Lo superaremos y algunos años después tendrá otra. Esta vez voy a fingir que no lo se, porque armar un alboroto no vale la pena otra vez. Y viviré el resto de mis días a veces deseando que mis hijos tengan la vida que nunca tuve. Otras veces feliz en secreto porque se están convirtiendo en mi repetición... Estoy bien... de verdad. [...]

Nunca estamos tristes, porque no lo tenemos permitido.
Veronika decides to died.